La transformación, que ya arrancó el año pasado con la plantación de una veintena de árboles, se volverá a realizar con la involucración de los trabajadores de la factoría de Bridgestone y sus hijos.
Con el asesoramiento de personal técnico y el apoyo de representantes municipales, las familias continuarán poniendo su granito de arena para que el entorno recupere su esencia medioambiental.
Desde las 11.00 horas del sábado, ataviados con ropa y calzado adecuado, los empleados cambiarán la fabricación de neumáticos por tareas más forestales y plantaran madroños, encimas, avellanos y endrinos.